Nuevo impulso a las Pymes
Ya está lista para nacer una nueva ley que otorga una serie de concesiones especiales a las pymes para apoyarlas a superar los problemas que han generado los últimos sucesos nacionales e internacionales que nos han afectado.
Sin duda que es una medida acertada y coherente con la doctrina económica al otorgar rebajas impositivas para que los tributos no sean una rémora a los emprendimientos ni menoscaben los alicaídos ingresos que se generen este año.
Se estableció una rebaja al 10% de la tasa del Impuesto a la Renta de Primera Categoría por los años comerciales 2020, 2021 y 2022 para todos los contribuyentes que cumplan con los requisitos señalados en la letra D del artículo 14 de la Ley sobre Impuestos a la Renta y que estén expresamente acogidos a este régimen. También se otorga una rebaja de la tasa de los pagos provisionales mensuales, la posibilidad de solicitar la devolución del remanente del crédito fiscal del IVA acumulado durante este año, posibilidad de depreciar en un año los bienes del activo fijo; y otros beneficios más focalizados como la posibilidad de amortizar en un año los costos relacionados con inversiones y desarrollo tecnológico vinculado con temas digitales (aunque esto ya estaba indirectamente autorizado en los articulados previamente vigentes de la Ley de la Renta), como también la posibilidad de recurrir a contribuciones fiscales para proyectos que sean aprobados por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, postergación del plazo para pagar el IVA y la posibilidad de acceder a bonos y créditos especiales.
Sin duda que todas estas medidas apuntan a evitar que los recursos líquidos que logren generar las pymes en estos ejercicios, no se destinen a cumplir el imperativo tributario, como también evitar que estén empozados recursos del contribuyente en algún crédito que de alguna u otra forma serán ocupados en el futuro.
Es bueno que el Congreso haya superado las aprehensiones doctrinarias y sesgos políticos, como también algunas desconfianzas que inicialmente se presentaron en la etapa de discusión de esta ley que prontamente verá la luz legislativa, y se haya otorgado esta dádiva a las empresas de este sector.
Desde el Estallido Social, las pymes han sufrido las externalidades negativas de los procesos sociales, como también se han visto afectadas por las consecuencias de las medidas para evitar la propagación de la pandemia. Todas estas secuelas anexas a los fenómenos sociales y mundiales han redundado en el debilitamiento financiero de ellas, el cual no fue atendido con la generosidad que se esperaba por los bancos, obligando al Estado a flexibilizar el cumplimiento tributario, postergando los ingresos fiscales que esto conlleva, pero apostando a que la reactivación redundará en bienestar social y beneficios empresariales que luego recompensarán este aumento del “gasto fiscal”.
Solo me queda la duda sobre si realmente con estas medidas lograremos un incentivo que estimule la reactivación de este sector y en toda la economía, pues no es menos cierto que el menor pago de impuestos con el que serán beneficiadas estas pymes será aprovechado por aquellos emprendedores que en los ejercicios 2020, 2021 y 2022 tengan resultados positivos, pues si las proyecciones se materializan, serán muchas empresas que, especialmente en el presente año, tendrán cifras rojas, es decir, tendrán pérdidas tributarias y no se beneficiarán con esta rebaja impositiva al no tener utilidad sobre la cual aplicarla.
Por otro lado, si bien es cierto que la depreciación instantánea permite pagar menos impuestos en el año en que se realiza la erogación para invertir en bienes de capital, genera la imposibilidad de seguir aprovechando el gasto por depreciación en los años siguientes de vida útil de los bienes, es decir, se paga el impuesto que inicialmente no se pagó cuando se depreciaron totalmente los activos.
Del total de pymes, de las cuales muchas estarán en pérdida este ejercicio, se verán beneficiadas aquellas que, pese a todas las vicisitudes, tendrán utilidades. Además de lo anterior, se beneficiarán pymes que inviertan en intangibles que implican una innovación tecnológica, hecho que no es algo muy generalizado.
Si bien son medidas acertadas, el paupérrimo escenario que se nos presenta como consecuencia de los hechos que hemos estado viviendo desde el año pasado, no nos garantiza la fórmula mágica que nos sacará de este estancamiento, sino que ayudará a quienes algo de luz aún vislumbran en este oscuro horizonte, tengan menos desvíos de flujos hacia conceptos que no les reportan beneficios inmediatos y los puedan destinar a negocios y emprendimientos que, esperamos, nos permitan superar las problemáticas que estamos enfrentando y así empujar a las otras pymes que tendrán cifras rojas en los próximos ejercicios comerciales.
Prof. Germán R.Pinto Perry
Director del Magíster en Planificación y Gestión Tributaria
Universidad de Santiago